sábado, 1 de enero de 2011

"El que no oye consejo, no llega a viejo"

Sencillamente es la verdad, más de una vez se escucha y más de una vez se dice. Fallamos, fallamos y volvemos a fallar con la cara en alto y manteniendo el consejo en el suelo, lo pisamos en una corrida estúpida por metas que se alejan. Pasa el tiempo y no notamos que solo debíamos mirar abajo con humildad y volar con el consejo más allá de la meta, hasta al cielo. 

No pensamos, no planificamos, no nos detenemos, vivimos en un mundo rápido y estresante, donde la gente actúa mal siendo victima del impulso. Al final muchos prefieren dañar impulsivamente en vez de ser dañado por los impulsivos, sin observar que esas erróneas opciones pueden desaparecer con una gran dosis de humildad, solo humildad.


"-Cómo dice el refrán...
 -¿Qué refrán?
 -El que no oye consejo, no llega a viejo.
 -No te lo crees ni tu mismo..."

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